jueves, 23 de febrero de 2017

Santa Maria del Collell




La tradición nos dice que hacia el año 800 un miembro de la familia Cartellà hizo construir una ermita cerca del mas Collell, que era de su propiedad, en agradecimiento por la curación de su hijo. De todos modos, no encontramos ninguna referencia histórica documentada hasta el año 1198, en que Santa Maria del Collell era un priorato benedictino dependiente de Sant Pere de Besalú.

A principios del siglo XV los monjes abandonaron el monasterio, dejando el culto en manos de sacerdotes regulares. Entre 1432 y 1435 se encargó de ofrecer los servicios litúrgicos Bernat de Pau, que posteriormente llegó a ser obispo de Girona. Las destrucciones causadas por las guerras y los terremotos en este mismo siglo, provocaron el abandono del templo, que se usó para guardar ganado. Esta situación indignó al obispado, que la declaró en interdicción, es decir que no se podía realizar ningún tipo de culto.

El atardecer del 25 de octubre de 1483, Miquel Noguer, un habitante de Torn, después de realizar sus oraciones ante la puerta del templo, escuchó unos llantos que parecían venir del interior de la iglesia, pese a que la puerta estaba cerrada. Al acercarse, los batientes de la puerta se abrieron y apareció delante suyo una niña de siete u ocho años, que iba vestida de blanco y que pedía misericordia por los pecados de los habitantes de la zona. Además le pidió que "los habitantes de las parroquias del Torn, Mieres, Sellent y Sant Miquel de Campmajor enmendaran su conducta pagando los diezmos y otros derechos eclesiásticos, restituyendo dentro del plazo de treinta días todo aquello que hubieran adquirido injustamente, que guardaran los domingos,  que se abstuvieran de jurar y que cumplieran los legados y fundaciones de sus antepasados". A continuación le pidió que se restituyera el culto en la capilla y que se celebraran romerías y procesiones los viernes yendo en ayunas. También le pidió, antes de desaparecer, que comunicara al obispo de Girona o a su vicario general el "celestial mensaje”.

Esta aparición provocó la apertura al culto del templo, del que se encargaban un grupo de presbíteros, presididos por un prior comendatario y un capilla mayor hasta finales del siglo XVIII.

En 1487 recibió la protección del Papa y seis años más tarde la de Fernando el Católico, que se cree que visitó el santuario en 1496. A partir de estos dos hechos fue creciendo el fervor y la devoción por la Virgen del Collell, que propició el aumento de las dependencias construidas alrededor del santuario. En 1534 se tiene constancia de la existencia de una escolanía.
La decadencia del santuario se inició en 1806, cuando se pusieron a subasta sus posesiones. Esto provocó que a partir de 1814 los curas fueran abandonando el santuario para irse estableciendo en las parroquias. Por suerte esta etapa de oscuridad no duró demasiado, por que en 1852 el obispo de Girona Florenci Llorente y Montón hizo construir un seminario menor diocesano.  Años más tarde, en 1876, se convierte parte del seminario en un colegio de segunda enseñanza agregado al Instituto Provincial de Girona. De este modo se impartían clases de primaria, bachillerato y comercio a más de los estudios correspondientes del seminario.
En 1914 se reúne un número de fieles tan grande el día de la fiesta de la Aparición, que motivó la construcción de un nuevo templo, junto al santuario y que fue consagrado en 1949.
Durante la Guerra Civil fue ocupado el recinto, destruyendo las imágenes de los altares, a excepción de la Virgen María, que se salvó de la destrucción. Las instalaciones de la escuela fueron utilizadas como cuartel de instrucción y como prisión de los prisioneros hechos por los republicanos.
El 30 de enero de 1939, según relata la novela histórica Soldados de Salamina, fueron ejecutados 48 prisioneros, de los 1300 detenidos que había en el Collell.
Acabada la Guerra, y a pesar de haber sido ejecutados 65 miembros de la comunidad del Collell, entre profesores, alumnos y eclesiásticos, se volvieron a poner en marcha las tareas educativas. Actualmente es una casa de colonias, hostal y lugar para estancias deportivas.
El templo románico fue restaurado y modificado en el siglo XV. La nave tiene cabecera plana y bóveda apuntada, reforzada por arcos fajones. A ambos lados se abren varias capillas, la mayoría de las cuales son de época gótica y posteriores a la construcción del templo.
En el siglo XVII se modificó el templo, como lo demuestra la decoración de la puerta, acabada en 1613. Adosada al muro norte de la primitiva iglesia se levanta la torre campanario, de planta cuadrada y con grandes ventanales apuntados en el último piso.
En la basílica moderna podemos venerar la imagen de la Virgen del Collell, una talla románica de tipo bizantino y datada en  la segunda mitad del siglo XII.
Fue restaurada a finales del siglo XX, momento en que se eliminaron los numerosos elementos y vestiduras añadidas a lo largo de los siglos. 
 
 
 

miércoles, 22 de febrero de 2017

Sant Jaume de Frontanyà





EL EDIFICIO

La iglesia de Sant Jaume de Frontanyà es el elemento más visible del pequeño núcleo homónimo. El edificio actual se edificó entorno al año 1070 como sede de una pequeña comunidad de monjes agustinianos regida por un prior, bien documentada desde mediados del siglo XII.
Del monasterio solo queda la iglesia de una sola nave, tres ábsides y transepto. La nave y los brazos del transepto tienen bóveda de cañón, sobre el crucero hay una cúpula ochavada, que forma un cimborrio en el exterior de doce caras, único de este periodo en Cataluña. En el ábside central hay cinco hornacinas semicirculares separadas por semicolumnas.
En el exterior la fachada presenta una ventana en forma de ojo de buey, sobre la puerta de entrada formada por dos arcos de medio punto en degradación.
Los ábsides tienen una decoración de tres series de cinco arcuaciones separadas por lesenas en el central y frisos de arcuaciones en los laterales. En el cimborrio también se encuentra un friso con arcuaciones.
El campanario cuadrado, es del siglo XVI, colocado sobre la fachada principal.
 Gran parte de la localidad se halla bajo la protección de Bien de Interés Cultural, como entorno de protección de la iglesia. Fue declarada como tal el 25 de noviembre de 2005.


HISTORIA

En el siglo XI se construyó para acoger la comunidad de Sant Jaume Vell, que estaba en mal estado en lo alto de la montaña. Se sabe que en el año 1066 ya estaban en la nueva edificación. Los señores del lugar hacían grandes donaciones, llegando a tener seis canónigos y un prior. A partir de la muerte de su último prior Arnald Fresc, en 1395, se inició su decadencia, ya que los priores comendatarios se empezaron a apropiar las rendas que tenía el monasterio. La extinción de los monasterios de la orden de San Agustín en Cataluña en el año 1592, hizo que pasara a depender del obispado de Solsona.

jueves, 16 de febrero de 2017

Can Casademunt (El Brull)




Este edificio sirvió de sanatorio antituberculoso, conocido en la zona como el Sanatorio del Montseny, se abrió en el año 1931 por iniciativa de los médicos José Reventós y Farrerons y Lluís Rosal y Catarineu.

La mansión de veraneo de la familia de Alejandro Maria Pons y Serra, anteriormente conocida como Mas Casademunt, disponía de cuarenta camas para atender las necesidades religiosas de los residentes. Se construyó cerca una gran iglesia de reminiscencias goticomodernistes, obra de Enric Sagnier i Villavecchia (1858-1931), marqués de Sagnier, y su inauguración tuvo lugar el día 5 de agosto de 1895.

Al inicio de 1900 la tuberculosis mató mucha gente en nuestro país, una vez acabada la guerra civil, la situación de extrema miseria en que vivía la población (particularmente en Cataluña)comportó literalmente que el tiempo diera marcha atrás, ya que el bacilo de Koch volvió a hacer de las suyas. Como consecuencia la tuberculosis rebrotó y se extendió por toda la península Ibérica.

Cuando mejoró la situación económica para una mayoría de ciudadanos, estos edificios de grandes proporciones, situados generalmente en lugares de gran belleza, recibieron otros destinos, mientras otros famosos sanatorios europeos, como los suizos, se convertirían estaciones de esquí, el del Montseny (como lo haría también el de Puig d'Olena, en Sant Quirze de Safaja) se convirtieron en casas de reposo o conventos de órdenes religiosas.

En julio de 1956, el edificio del sanatorio Casademunt del Brull, fue adquirido por la Congregación Religiosa de Jesús y María, y era usado como retiro espiritual o casa de colónias.

Actualmente, la Masía está a la venta.


domingo, 8 de enero de 2017

Sant Llorenç de Munt (La Mola, Terrassa)



La Mola es la montaña más alta del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac con 1.104 metros de altitud y es uno de los elementos característicos del paisaje en toda la comarca.

El Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac está situado en la provincia de Barcelona y tiene una superficie protegida de 13.694 ha repartidas entre las comarcas del Bages, el Vallés Occidental y el Vallés Oriental. Además de La Mola, otra de sus cimas emblemática es El Montcau (1.052 m).

En la cima de La Mola se halla el Monasterio románico de Sant Llorenç de Munt, actualmente reconvertido en museo-restaurante, totalmente inaccesible para vehículos a motor, y que es abastecido mediante siete mulas, que transportan todos los víveres y combustibles hasta la cima. Este hecho significa un reclamo más para la gran afluencia de excursionistas y familias que eligen dicha montaña y sus alrededores para pasar los fines de semana.


EL EDIFICIO
La estructura de la iglesia no ha sufrido ninguna transformación que altere su primitiva concepción. Es una copia exacta, pero a la mitad de tamaño, de la abadía de Sant Cugat, la cual promovió su construcción y de la que dependió la mayor parte del tiempo.
La iglesia presenta tres naves y un campanario levantados con piedras locales de dimensiones modestas, color rojizo y sin pulir. Tiene un transepto en el centro que sostiene el cimborrio sobre los arcos torales. Su factura es bastante sencilla, no presentando ningún tipo de ornamento artístico. La puerta es de pequeño tamaño.

SU HISTORIA

Los primeros datos que conocemos acerca de la existencia de construcciones dedicadas al culto religioso en la Mola se refieren a tres iglesias o capillas que había en dicha cima hacia los años 947-957 (dependiendo de los autores).2 Entre estos documentos encontraríamos la donación que hizo Borrell II (conde de Barcelona) al abad de San Cugat del Vallés de diversas iglesias de la montaña de Sant Llorenç. Otro nos indica que dos ciudadanos de Terrasa, Ansolf y su mujer Rímula, hicieron una donación a "la casa de Sant Llorenç, de Santa María y de San Miguel, iglesias fundadas en el monte más alto sobre Tarrasa". Mientras que algunos historiadores creen que tales escritos son pruebas de la existencia de estas construcciones previas, para otros se estarían refiriendo al monasterio y a las diversas ermitas de la montaña.
Aunque la primera cita formal que nos indica que allí había una comunidad regida por un abad (el de Sant Cugat) corresponde al año 986,2 hasta 1014 no aparece realmente la palabra monasterio, en un documento en que el conde Ramón Borrell y su mujer hacen una permuta de terrenos con la abadía de San Llorenç. Y hay que esperar hasta 1018 para encontrar un abad propio en dicho lugar.2
Durante este período de tiempo, la planicie del Vallés fue invadida en diversas ocasiones por los sarracenos, que provocaron la destrucción y el saqueo de las poblaciones e iglesias existentes. No obstante, no hay constancia de ataque alguno contra los edificios que había en la cima de Sant Llorenç del Munt , lo que seguramente ayudó a la consolidación del monasterio y a la construcción de un edificio de más categoría.
La construcción del edificio románico que ha llegado a nuestros días se inició, probablemente, en 1045, siendo consagrado en el año 1064 por el obispo y los condes de Barcelona. Entrando el siglo XII comenzó su decadencia, aunque siguió estando habitado por algún monje benedictino hasta el año 1608. Todavía de 1637 hay constancia de la existencia de un sacerdote a cargo del monasterio, pero después fue abandonado. El 30 de marzo de 1809 las tropas del ejército de Napoleón destruyeron lo que quedaba del monasterio, profanando incluso las tumbas de los abades-

lunes, 28 de noviembre de 2016

Castillo de Hostalric



 SU HISTORIA

Se encuentra ubicado en la cima más alta del cono del volcán sobre el cual se asienta casi la totalidad de la capital. El volcán de Hostalric se sitúa en la zona volcánica de la Selva que pertenece a la comarca de la Garrocha en la provincia de Girona. El castillo está construido con rocas volcánicas procedentes del volcán Croscat.
La colina donde se asienta se formó con la destrucción de la chimenea volcánica en que formó columnas basálticas. Se puede encontrar restos de coladas de lava que expulsó el volcán y que salpica los alrededores de la ciudad.
Su construcción data de 1145, sobre lo que fue un antiguo poblado íbero.
En la antigüedad Hostalric fue zona de paso obligatorio en la ruta norte-sur, y era el único paso natural entre Gerona y Barcelona. En unas prospecciones hechas en el cerro del castillo se encontraron restos del periodo íbero. En la época romana pasaba por este lugar una bifurcación interior de la Vía Augusta. Se encontraron restos de esta vía cuando se construyó la carretera de San Hilario. Uno de los principales motivos de la construcción del castillo fue el de mantener el control sobre la gran vía de comunicación como el camino Real.
La población de Hostalric parece que tuvo su origen en un hostal documentado desde el siglo XI en el sitio llamado Onota, al pie del nominado camino de Francia (antigua vía romana). La primera referencia documental clara de Hostalric es de 1106 y en ella Guerau Ponce, vizconde de Cabrera, juró fidelidad a Ramón Berenguer III de Barcelona.
Debido al temperamento rebelde de Ponce III de Cabrera, señor del castillo,  las luchas feudales catalanas del final del siglo XII tuvieron eco en Hostalric y su castillo.
El alma de este legado monumental se esconde entre sus piedras y deja entrever una valiosa memoria histórica: desde la capitalidad de Hostalric sobre el extenso vizcondado de cabrera durante toda la época medieval, pasando por las luchas feudales y guerras civiles, hasta llegar a la Guerra de la independencia.
Pero el castillo que ha llegado hasta nuestros días fue construido en el siglo XVIII, ya que en 1695 el antiguo castillo fue abandonado y el Conde lo hizo derribar.
El diseño de la construcción moderna fue obra de Francisco de Santa Cruz, ingeniero militar al servicio del archiduque Carlos, y las primeras obras de fortificación permanentes tuvieron lugar durante el 1712 y 1713 a consecuencia de la Guerra de Sucesión, aunque las principales obras para acondicionar la fortificación fueron entre 1794 y 1795, en el trascurso de la guerra contra la Convención francesa, conocida en Cataluña como la "Guerra Gran"
Los Cabreras, con el paso del tiempo, convirtieron la villa de Hostalric en la capital administrativa de los extensos territorios de su vizcondado hasta la extinción del señorío en el año 1836.
En Enero de 1810 los franceses tomaron la población e iniciaron un largo asedio al castillo. El Coronel Estrada, máxima autoridad en ese momento, recibió hasta 4 comunicaciones para que se rindieran, pero todas fueron ignoradas. El gobernador del castillo no cedía y sus tropas le eran fieles.
Después de 4 meses de asedio la situación era insostenible, habían caído más de 4000 bombas sobre la fortaleza, solo quedaban 1200 de los 2000 combatientes y empezaban a escasear las provisiones. Con este panorama, el Coronel Estrada decidió intentar salvarse, abriéndose paso entre el enemigo y el 12 de Mayo toda  la guarnición que estaba en condiciones huyó de la fortaleza, quedando en ella solo los que no podían moverse. A la mañana siguiente, el oficial que se quedó a cargo del castillo lo entregó a los franceses.
La población de Hostalric conserva casi en su totalidad uno de los conjuntos monumentales más notables de la época medieval catalana y está presidida por la imponente fortaleza militar de época moderna.
El castillo que domina la población de Hostalric, actualmente se ha convertido en un lugar de turismo donde podemos encontrar un restaurante.
En 1963 fue declarado Bien de Interés Nacional.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Castillo de Balsareny


Está ubicado en lo alto de una colina de 420 m en la orilla derecha del río Llobregat, sobre el pueblo de Balsareny, es una fortificación ya fechada el 951, siendo un buen ejemplo de fortaleza de estilo gótico civil catalán. Ha estado vinculado siempre al linaje de los Balsareny y se encuentra en un excelente estado de conservación.
Hoy es bien visible desde el eje del Llobregat, desde donde el castillo destaca con sus almenas airosas. La vista sobre el río y el pueblo de Balsareny es excelente. También se pueden ver las torres de Castellnou y Castelladrall.
La construcción actual está bastante bien conservada, tiene elementos de los siglos XIV y XV y se rehizo en el XIX.
Al lado mismo del castillo se puede visitar la capilla románica del siglo XII, con modificaciones posteriores, de la Virgen del Castillo.


SU HISTORIA

A raíz de la rebelión del vaso Aissó, los años 826 y 827, todo el Bages quedó despoblado hasta que Wifredo el Velloso lo repobló los años 877 al 883, construyendo iglesias, monasterios y castillos junto al Llobregat, desde Balsareny hasta Manresa.
En los siglos X y XI, una familia que llevaba el apellido de Balsareny se instaló y ayudó a la reconquista de la tierra que estaba en manos de los sarracenos. El primer personaje que aparece con este nombre es un vicario condal, Guifred de Balsareny. Su hijo Guillermo sustituyó el célebre abad Oliba como obispo de Vic, y su nieta Guisla se casó con el conde de Barcelona Berenguer Ramón I.
Desde finales del siglo XI hasta el XIII era regido por los señores de Manresa, después pasó a Wifredo Guitart y en 1102 a su hijo Bernat Ramon y Pere Bernat de Manresa.
El siguiente señor fue Ramón de Peguera, que lo compró a Mateu de Balsareny el año 1281. Su bisnieto homónimo (muerto en 1388), que fue consejero de Pedro III el Ceremonioso y mayordomo de la reina Leonor de Sicilia, hizo reconstruir el castillo dándole la forma y estructura que hoy conocemos. En este castillo se alojó el rey Juan I, que elogió la calidad de sus vinos que fueron presentados para la ocasión al rey.
En el año 1339, el rey Pedro III el Ceremonioso concede a la ciudad de Manresa la construcción de una acequia que comenzaba bajo el Castillo de Balsareny. El conflicto estaba servido. En el año 1392, el hijo del rey pasa tres días allí, que entonces era propiedad de Andreu de Peguera.
La familia Peguera continuó en el Castillo hasta el 1497. El siglo XVI los propietarios eran los Oliver hasta los inicios del siglo XVII cuando el bandolerismo se apropia de la zona. El Castillo fue un refugio clave para los bandoleros.
De los Oliver a los Corbera-Santcliment, pero por poco tiempo ya que pasó a De Martín a finales del siglo XIX. Con la boda de los descendientes pasó a los marqueses de Alós y De Martín, actuales propietarios.
La familia propietaria actual, los marqueses de Alós, mantuvieron su residencia allí hasta el año 1976.

EL EDIFICIO

A causa de haber sido bien planificado y edificado, de acuerdo con el plan previo y en una sola campaña constructiva, es uno de los pocos castillos regulares y homogéneos de la Cataluña central. De forma pentagonal, conserva el edificio central mayoritariamente del siglo XIV pero con vestigios de la época románica, como el resto de hiladas de piedra de la parte septentrional y la estructura del patio. Tiene dos plantas. La inferior está estructurada a lo largo de un patio, casi rectangular, rodeado de una galería con varias cámaras destinadas a los servidores y guardianes, la bodega (donde todavía hay una tina), las cuadras y la mazmorra. En la superior se accede por una escalinata que lleva a otras dependencias: cámaras, cocina y salones. Todas las cámaras de esta planta están cubiertas por un techo de vigas. En la cima están las almenas, con una aspillera en medio, característicos de los últimos siglos medievales.
Cabe destacar, sobre todo, la canalización de agua por dos tuberías de piedra desde los tejados que confluyen en una gran cisterna, con un brocal, en el subsuelo del patio.
Durante el siglo XIX, se rodeó con una muralla exterior y dos torres donde se guardaba la artillería




(Fuente:Wikipedia)